martes, 6 de enero de 2015

-Let it be-

Y entonces me paro a pensar en lo hipócritas que somos todos a veces. En lo fácil que nos resulta tirar de palabra fácil y lo jodido que es luego cumplir esa palabra. Me sorprende la facilidad con la que nos entregamos a la gente, la facilidad con la que utilizamos el verbo querer y la facilidad así mismo con la que hacemos borrón y cuenta nueva. Estaría mintiendo si no dijera que todo esto lo digo por ti. Mentiría si dijera que entiendo lo cabrón que has sido o estás siendo , y mentiría aún más si dijera que hace 4 meses no andaba por ahí apostando el cuello por ti y lo he perdido. Me sorprende la facilidad que tuviste para engañarme. Me fascina lo mucho que te indignaba que te dijera que no me querías, ¡Eh! Que tu me querías más y mejor que nadie. Pues lo siento pero me río de ello. Me río de todo. Me río de mi. Me río de ti. Me río de lo subnormales que somos a veces con cosas que resultan predecibles. Especial decían, así era lo nuestro, así nos hacíamos sentir. Cuánto valgo y cuán poco me mereces. Cuánto aguanto y cuán orgullosa me siento de ello. Amigos, ir siempre de cara, no hagáis sentir a nadie menos que nadie, no es justo. Porque cuando alguien se entrega, cuando alguien te demuestra que realmente esta ahí, para ti, esa persona merece la pena. Porque nadie debería de experimentar la sensación de vacío interno que te deja el haber guardado y amoldado un trocito de ti para alguien y que lo único que hagan con ello sea jugar.