domingo, 21 de diciembre de 2014

Jodida pero acostumbrada.

"Dónde quedó esa felicidad constante, esa sonrisa que apagaba el Sol." Esa frase me la dijo ayer una persona que jamás hubiera considerado importante, una de esas personas que por motivos de trabajo te ven a diario, una de las cuales ni siquiera piensas que se han fijado en ti una sola vez. Yo como es normal me quedé blanca, no supe como reaccionar ni muchos menos que decir así que me limité a reír y negar con la cabeza como queriendo desmentir todas y cada una de las palabras que había dicho, pero seguidamente sus argumentos dejaron sin sentido a mi razón. "La chica que yo llevo viendo estos 3 años tiene un brillo en lo ojos que por si solo te hacia cambiar la cara en caso de mal día y te hacia salir con ganas de comerte el mundo y ya no consigo verla ahora."
Un par de horas después llegué a casa y me paré a pensar en mí, sobre todo en mi, en lo que me dijo esa conocida de rutina, porque simplemente era eso, una de esas caras a las que dices 'hola' al llegar y 'adiós' al irte.
LLegué a la conclusión de que sí, de que tenia razón pero no iba a ser yo quién se la diera.
Supongo que ya me da igual que llueva, nieve o salga el Sol. Supongo que mis días ya no se cuentan en horas y que 24 pasó a ser un número más. Y supongo que mis noches ya no son mías porque no las veo así. Me paré detenidamente a pensar y me di cuenta de que tenia razón, que ya nunca me voy a la cama sin quitarme el rimel para al levantarme no descubrir que me dormí llorando y así pensar que tal vez esa noche fue diferente. Últimamente me estoy planteando mucho que quiero hacer con mi vida, que quiero hacer conmigo ya que me he dado cuenta de que si yo no miro por mi nadie lo hará.
Acostumbrada a dar sin recibir me cansé de poner la cara para recibir hostias y ahora solo pongo la mano para devolverlas. Cansada de ser la tonta de turno de quién se puedan reír y salir ilesos pero sin intención de utilizar la misma medicina ya que yo me considero mejor. Como suelo decir cuando me preguntan qué tal, 'jodida pero acostumbrada'. Y es que cuando te das cuenta de que por mucho que intentes justificarlo, verdad solo hay una, sientes un agujero inmenso en el pecho y piensas en el por qué gente por la que apostaste la cabeza no hace mas que desilusionarte, fallarte como jamás pensaste que pudieran hacer, y  te da asco. Y eso es justo lo que siento yo, ese es uno de los sentimientos que conforman el agujero del que anteriormente os he hablado, sentimiento el cual poco a poco se va abriendo camino y va dejando en desventaja al resto. Asco. Asco por gente por la que al mismo tiempo matabas. Asco por como se están portando aun sabiéndolo. Y es que querida desconocida o conocida de rutina, gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario